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Las Geomallas son química y biológicamente inertes y resistentes a procesos degenerativos de los suelos; son resistentes al desgaste, rasgaduras y punzonamiento, y soportan cargas dinámicas aplicadas por el tráfico de construcción en cualquier dirección dentro de su plano.
La geomalla posee suficiente rigidez a la flexión para lograr una instalación eficiente sobre suelos pobres o húmedos; y suficiente rigidez torsional, para resistir movimientos de rotación en el plano provocados por los suelos compactados o los materiales de relleno, cuando están sujetos a fuerzas de desplazamiento lateral tales como las causadas por un vehículo en movimiento.
Las ventajas que la Geomalla aporta en las construcciones son:
- Fácil instalación incluso en condiciones climáticas desfavorables.
- Aumento de la seguridad y la estabilidad de taludes.
- Mantiene el aspecto natural en laderas.
- Alarga significativamente la vida útil de las carreteras, vías férreas y caminos reforzados.
- Reduce significativamente la aparición de grietas en la superficie de los suelos reforzados.
- Alta resistencia del material contra los daños durante la instalación.