Geotextil no tejido fabricado con fibras de poliéster, con una densidad de aproximadamente 350 gramos por metro cuadrado (g/m²). Se emplea principalmente en obras de infraestructura, control geotécnico y protección ambiental, donde se requiere una mayor resistencia mecánica que la que ofrecen los geotextiles de menor gramaje.

Algunos de sus usos son:

Refuerzo de suelos débiles

• Se coloca entre la subrasante y las capas superiores para mejorar la capacidad portante del suelo.

• Ideal en caminos rurales, plataformas industriales y terraplenes.

Separación de materiales

• Evita que se mezclen capas de diferentes granulometrías (arena, grava, arcilla).

• Prolonga la vida útil de caminos, pistas y estructuras viales.

Filtración

• Permite el paso del agua mientras retiene partículas sólidas.

• Usado en muros de contención, canales, drenes, y estructuras subterráneas.

Drenaje

• Conduce el agua dentro de sistemas de drenaje (horizontales o verticales).

• Muy útil en sistemas pluviales, taludes, rellenos sanitarios y túneles.

Protección de geomembranas

• Se coloca como capa protectora para evitar perforaciones en geomembranas usadas en:

  • Rellenos sanitarios

  • Lagunas de lixiviados

  • Reservorios de agua

Control de erosión

• Actúa como barrera en taludes y zonas con riesgo de escorrentía o pérdida de suelo.

• A menudo se usa junto a vegetación, gaviones o concreto articulado.